27/5/11

No todo lo que brilla es oro.


En ese momento cogió fuertemente su mano y dijo que la llevaría con él. Lejos. Muy lejos. Mas allá de lo que las estrellas puedan ver. Más, incluso, de lo que cualquier barco pueda navegar. Ella le creyó. El problema fue que, tras diez años, todavía no había iniciado aquel viaje.

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